Tricotilomanía: la manía de arrancarse el pelo
Este trastorno, a pesar de ser cada vez más conocido, sigue siendo un misterio para muchas personas. Quienes la padecen tienen una extraña obsesión con arrancarse el pelo, lo que puede acarrear consecuencias nefastas para el crecimiento sano del cabello.
Se considera un desorden de estudio psicológico que tiene consecuencias físicas. Si no se identifica a tiempo ni se detiene, puede causar un daño irreparable en los folículos pilosos. Para evitar que esto ocurra, conviene saber qué es la tricotilomanía, cuáles son sus causas y cómo puede tratarse.
➨ ¿Qué es la tricotilomanía?
➨ ¿Por qué se produce?
➨¿Cuáles son las consecuencias?
➨ Tratamientos para combatir la tricotilomanía
➨ Cubrir las consecuencias con un trasplante capilar
¿Qué es la tricotilomanía?
Se trata de un trastorno extraño que se caracteriza por una necesidad irresistible de tirarse el pelo y arrancárselo. Suele afectar al cuero cabelludo, aunque hay quienes también se arrancan pelos de otras zonas del cuerpo, como las cejas e incluso de las pestañas.
Algo curioso sobre esta patología es que, a pesar de que gran parte de los individuos lo hace sin pensar, un importante porcentaje de quienes la padecen son plenamente conscientes de lo que están haciendo y de que es algo que está mal. Sin embargo, no pueden evitarlo, porque la tricotilomanía es un trastorno del control de los impulsos.
Este comportamiento suele estar asociado a algún tipo de problema de ansiedad o estrés, y quienes lo padecen encuentran una vía de escape en la acción de arrancarse el cabello. Esto produce un círculo vicioso que puede tener consecuencias físicas y psicológicas.
La manía de arrancarse el pelo suele aparecer a los 13 años de edad, aunque puede darse en personas de cualquier edad, y afecta a un 1% de la población. Tanto hombres como mujeres pueden padecer este trastorno, sin embargo son éstas últimas las más propensas a ello.
¿Por qué se produce?
Si bien se relaciona con algunos trastornos psicológicos como la ansiedad o el estrés, no existe una causa clara. Puede afectar a cualquier persona en cualquier momento, sin ningún tipo de patrón aparente. Tanto es así, que hay expertos que creen que se debe a un desajuste neuroquímico, una predisposición genética o, simplemente, una circunstancia agravante.
Como hemos mencionado, normalmente aparece a los 13 años. La adolescencia suele ser una etapa crítica para el desarrollo de la autoestima y la confianza en uno mismo. Esto se suma a otros tantos factores de estrés, pudiendo acabar en un trastorno de tricotilomanía. Una de las consecuencias, desde un punto de vista psicológico, es que muchas veces estos adolescentes son ridiculizados por arrancarse el pelo o por la existencia de zonas despobladas que puedan aparecer en consecuencia de esta acción, generando aún más problemas emocionales.
La tricotilomanía presenta síntomas propios del Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), por lo que algunos expertos la consideran un subtipo de TOC. También es común en personas que sufren trastornos depresivos, aunque es una relación más compleja de entender, ya que puede ser esta misma manía la que cause la baja autoestima que lleva a la depresión.
Sí tiene más sentido que se trata una consecuencia de un problema de ansiedad, ya que las personas que se arrancan el cabello tienden a relajarse con esta práctica. De este modo, podrían estar buscando un consuelo ante un ataque de ansiedad generalizado, donde los niveles de estrés y angustia son muy elevados.
¿Cuáles son las consecuencias?
La manía de arrancarse el pelo puede tener consecuencias más graves de las que se pueden imaginar. Si bien suena como un trastorno extraño pero “inocente”, la realidad es que puede causar grandes daños en la zona del cuero cabelludo.
Arrancarse el cabello puede tener como consecuencia la aparición de zonas despobladas, o “calvas”. Las mismas pueden ser sutiles o, por el contrario, difíciles de ocultar. En este segundo caso se puede caer en un problema de autoestima relacionado con la imagen física, lo que puede conllevar a una depresión si no se trata adecuadamente.
Pero, como es de imaginarse, también existen consecuencias físicas. El cabello no solo se muestra más sucio y débil debido al constante contacto con las manos; la persona que se arranca el pelo de forma continua debilita los folículos pilosos hasta el punto de poder estropearlos de forma definitiva. Esto supondría que el cabello dejaría de crecer en la zona donde estos folículos han sido dañados.
Tratamientos para combatir la tricotilomanía
Al ser un trastorno relacionado con el control de impulsos y con síntomas similares al TOC, la tricotilomanía es difícil de dominar. Sin embargo, con el tratamiento adecuado y a base de esfuerzo y paciencia, este irrefrenable impulso puede llegar a controlarse:
- Lo más recomendado es conseguir invertir el hábito. Para hacerlo, la persona debe tomar conciencia de las situaciones que provocan la necesidad de arrancarse el cabello para estar alerta cuando se produzcan. Una vez conseguido esto, se debe adoptar una respuesta diferente que sea incompatible con la acción de arrancarse el pelo y que no sea dañina. Por ejemplo, apretar los puños o utilizar pelotas antiestrés. Lo ideal es recurrir a respuestas que precisen de las manos para evitar que éstas vayan al cuero cabelludo.
- Como las causas de esta manía pueden ser variadas, se recomienda también que la persona acuda a un psicólogo o psicoterapeuta que pueda ayudarla a encontrar el motivo detrás de este trastorno. Puede deberse a algún tipo de evento traumático, a un mal control del estrés o un problema de depresión o ansiedad. Con la terapia adecuada, la persona podrá, no solo invertir el hábito o incluso hacerlo desaparecer, sino también comprender los motivos detrás de su malestar y gestionar sus emociones para ser una persona más feliz y estable.
- De acudir a terapia, y si el psicoterapeuta lo considera oportuno, también pueden ayudar algunos fármacos. Los medicamentos más recurrentes serían los antidepresivos y estabilizadores del estado de ánimo. No obstante, éstos deberían ser la última opción ya que, al ser la tricotilomanía un trastorno de control de impulsos, es conveniente que se averigüe qué es lo que detona este comportamiento y cómo frenarlo.
Cubrir las consecuencias con un trasplante capilar
La tricotilomanía, a pesar de sufrirla el 1% de la población, es más común de lo que se piensa. Si usted padece este trastorno, debe saber que no debe sentirse avergonzado por ello. Sin embargo, sí que debe ser consciente de que es un comportamiento dañino que puede afectar de por vida a la salud de su cabello, así como a su salud mental.
En el caso de que usted padezca o haya padecido este trastorno y se haya dañado irremediablemente los folículos pilosos, no se apure. Está a tiempo de encontrar las causas detrás de esta manía y ponerle remedio; en lo que a su cabello respecto, un injerto capilar FUE puede ser la solución idónea para volver a poblar la zona afectada y recuperar así su autoestima.
La tricotilomanía puede tratarse con éxito, de modo que no se preocupe y crea en su capacidad para superar esta adversidad.